Tras una ajetreada jornada de despachos (la vivida ayer en las oficinas del Santiago Bernabeu con los posibles transpasos de Lass y Canales y la sanción reducida a Mou por la Ueffa), los merengues vuelven a escena en el que será el quinto partido de pretemporada, el segundo en tierras europeas y el primero que disputan en Inglaterra tras tres años ausencia, tres años sin disputar un amistoso en las islas, quizás mucho tiempo para el club más codiciado del mundo en el posiblemente el país con mayor poder adquisitivo en el viejo continente.
El rival será el Leicester, un histórico conjunto inglés, de los de la antigua usanza, con 127 años a sus espaldas pero que actualmente milita en la segunda división inglesa, la denominada "Championship", una categoría menor para todo un club pionero de este bello deporte del balompié.
Enfrente de los "zorros", nombre con el que se conoce comúnmente a Leicester, estará un Real Madrid pletórico que afronta la temporada con nuevos bríos y con la misma efectividad mostrada el pasado año, con Cristiano Ronaldo como gran artillero de los blancos con cinco dianas y cuatro partidos y un resucitado Benzema que confirma el gran final de temporada realizado por el galo la pasada campaña y su reconversión en un jugador nuevo, trabajador, rápido y con olfato de gol, tres goles en cinco partidos dándole la razón a su presidente Florentino Pérez que confía en él, ciégamente, y desterrando a sus detractores que desde que llegó a Chamartín han querido verle fuera del Santiago Bernabeu.
Mou repetirá once, el mismo que saltó el pasado miércoles a Berlín, con Xabi Alonso y Özil en el doble pivote, auxiliado por Coentrao que aunque escorado a la izquierda formada la línea de tres de la medular blanca, una línea esencial para conectar con los artilleros del equipo, Callejón, Ronaldo y Benzema, los tres auténticos matadores del área y que día a día se ganan el puesto en el once titular.
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