
El maleficio de la "Confecup", sigue vigente Mundial al Mundial y aunque pensabamos que en esta copa del mundo, para muchos llamada "bipolar", con Brasil y España, como grandes favoritas antes del inicio de la misma, el "mal de ojo", que persigue al campeón de la Copa Confederaciones ha quedado patente, con la eliminación de la canarinha ante Holanda.
La "pentacampeona" ha sucumbido ante la "naranja mecánica", en diez minutos de locura nórdica, con dos goles de Sneijder, el segundo de ellos con la ayuda de Felipe Melo, que además, terminó expulsado y desquiciado, que remontaban el tanto inicial de Robinho.
A pesar de todo, Brasil comenzó dominando el choque, ante una Holanda que se aferró en su propio campo, conscientes del empuje de los brasileños que a los diez minutos de juego, abrían el marcador, con un tanto de Robinho a pase de Kaká(1-0). Sin duda, una conexión que ha sido letal en todos los partidos de los sudamericanos, especialmente, ante Chile en octavos y Costa de Marfil en la primera fase, donde el mediapunta del Real Madrid, ha dado muestras de su gran rendimiento.
En el minuto 25', llegaría la jugada polémica del encuentro y que podría haber cambiado el signo del mismo. Un agarrón dentro del área de Mathijsen a Kaká, lo dejó sin señalar, el colegiado Nishimura, ante las protestas de los amarillos que reclamaban penalty por dicho agarrón.
Brasil seguía imponiendo su ritmo, y Luis Fabiano tuvo dos grandes oportunidades para haber ampliado la ventaja, la primera en un remate de cabeza a centro de Alvés, que se marchó desviado y la segunda, en un remate cruzado con su pierna izquierda que se marchó muy alto del marco de Stekelenburg. Sin duda, dos grandes ocasiones para haber abierto para haberse marchado con (2-0) al descanso.
En la reanudación, la reacción de los nórdicos no se hizo esperar, y la apagada conexión Robben-Sneijder, empezó a encenderse en el estadio Nelson Mandela, algo que desconcertó a los brasileños que pasaron de ser dominador, a dominado.
El primer gran aviso de los pupilos de Van Marwijk, llegaría en un remate del extremo de Bayern, que se marchó desviado del marco de Julio César. Sin duda, una oportunidad que fue el preludio de lo que pasaría después.
En el minuto 59', un córner botado desde el costado derecho por Robben, lo peinó Van Bommel en el primer palo, llegando el balón al segundo, donde Sneijder, libre de marca, remató de cabeza a la red (1-1). Un gol que igualaba el duelo, y suponía una inyección de moral y de esperanza para los oranje que empezaban a creer en la posibilidad de remontar el partido.
En el minuto 68', una falta botada por Sneijder al corazón del área, la despejó erroneámente, Felipe Melo, a la red, en una mala salida de Julio César que veía como el (1-2), subía al electrónico del Nelson Madela. Sin duda, una remontada que no estaba en el guión inicial de los pupilos de Dunga, que por primera vez en todo el torneo, jugaban con el marcador en contra, y estaban obligados a igualar la contienda sino querían despedirse del mundial.
Esta circunstancia no fue asimilada por la canarinha que lejos de desconcertarse y caer en el nerviosismo y la precipión, se aceleró más, y se quedó con diez hombres, por la expulsión en el minuto 73', de Felipe Melo, por propinar una patada sin balón y a destiempo sobre Robben, señal de rabía y de impotencia ante lo que estaba ocurriendo.
Con diez hombres sobre el campo y más, con el corazón que con la cabeza, Brasil buscó el empate, especialmente, en un incisivo Kaká, que no quería despedirse del mundial. El diez de la caraninha disfrutó de las dos últimas ocasiones de su equipo en Sudáfrica, primero en un remate con la izquierda que se estrelló en el lateral de la red, y después, en un remate desde fuera del área que se marchó desviado del marco holandés.
Con el pitido final, el estallido de alegría de los holandeses y los abrazos de Sneijder y Robben, entre otros jugadores holandeses, contrastaban con la decepción y el llanto de los amarillos que se tapaban la cara con sus camisetas, para ocultar las lágrimas en sus ojos, unas lágrimas que eran el fiel reflejo del estado de ánimo de una selección, que en las dos últimas citas mundiales, ha caido en los cuartos de final, de manera inesperada, diciendo adiós al sueño de conquistar, el sexto mundial de su historia. El gran rival de la "Roja" ha sido eliminado.
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