
Al igual que sucediera en la semifinal de Copa del Rey ante el Sevilla, Benzema ha vuelto a ser decisivo para dejar medio encarrilada la eliminatoria y señalar a los madridistas el camino de los cuartos de final, rompiéndose de paso el maleficio que persigue a los blancos en el estadio francés de Gerland, donde los merengues habían sucumbido en las tres anteriores citas disputadas ante el Lyon, además, no habiendo podido perforar las mallas galas.
El resultado de ayer (1-1) deja abierta la eliminatoria pero arroja una pequeña luz al fondo del larguísimo túnel de los octavos de final, una ronda cargada de maleficio para los del Santiago Bernabeu que no han conseguido superar dicha eliminatoria de Champions, en las últimas seis temporadas.
En un día especial para el nueve madridista (regresaba a Lyon para medirse al equipo de su vida) Mou demostró que su confianza en el delantero titular de la selección francesa es escasa, relegándole a la suplencia a favor de Adebayor, un jugador más físico que Karim que encandila al entrenador luso del Real Madrid y a la parroquia madridista, anotando tres goles desde su llegada al coliseum de la castellana. Sin embargo, el controvertido Benzema está respondiendo a las minutos que el entrenador portugués le está vibrando, y en los dos últimos encuentros ha logrado perforar las mallas de Levante, el pasado sábado en liga y ayer, de sus ex compañeros, el Olympique Lyonnais, esta última vez, en el primer minuto que estuvo sobre el césped de Gerland, en una soberbia jugada de Özil-Ronaldo y por supuesto de Benzema que arrancó desde 3/4 partes del campo, sorteó a dos defensores del Lyon y batió por debajo de las piernas al meta Lloris (0-1), en lo que fue un golazo del jugador blanco y una nueva reivindicación ante su entrenador, en nada más y nada menos, que todo un encuentro de Champions League.
Los goles de Benzema en Sevilla y en Lyon, guardan similitudes con los logrados por ex jugadores madridistas, también controvertidos, en anteriores ediciones de la Champions que curiosamente, condujeron al Real Madrid a dos finales de Liga de Campeones que terminaron conquistando los del paseo de la castellana. Hablamos de dos jugadores también franceses, Karembeu y Anelka, muy discutidos por su irregular rendimiento con la elástica merengue pero cuyos tantos en cuartos de final y semifinales, por parte de Karembeu en la edición 1997/98, y en semifinales de la champions 1999/2000 por parte de Anelka, brindaron al Real Madrid la posibilidad de jugar dichas finales de Copa de Europa ante la Juventus de Turín y el Valencia y a la postre supusieron la séptima y la octava Copa de Europa de los de Chamartín.
Con Sergio Ramos finalmente en el lateral derecho y Arbeloa en el izquierdo, Alonso y Khedira en el doble pivote, Di María y Cristiano en los octavos y Adebayor en punta, relegando a Benzema y Di María a la suplencia, el “mou team” saltó al césped de Gerland, dispuesto a romper el maleficio de Lyon y lograr al menos, un resultado positivo que les permitiera afrontar con relativa tranquilidad la vuelta de octavos en el Santiago Bernabeu. Sin embargo, en un encuentro más físico que técnico, al Madrid le costó hilvanar claras ocasiones de gol, con Di María más preocupado por las labores defensivas que ofensivas, Khedira volviendo a dar una imagen gris al lado de un Xabi Alonso, al que le costaba desplegar su labor catalizadora en el mediocampo madrileño, los únicos arreones de Cristiano Ronaldo fueron lo más incisivo del equipo español en esta primera mitad. Así, al filo de la media hora de partido, un disparo de Di María atajado sin problemas por Lloris fue el primer y único acercamiento que los de concha espina realizaron en estos primeros cuarenta y cinco minutos de partido.
Por parte local, el Lyon llevó el peso del encuentro teniendo la posesión del balón aunque dicha posesión no se tradujo en ocasiones de peligro sobre el marco de Casillas, un Iker que respondió de manera extraordinaria, en la única llegada con peligro del cuadro galo en esta primera mitad, una jugada que nació de un centro de Bastos, mal despejado por el meta mostoleño, cayendo el esférico a los pies de Gomis cuyo remate fue repelido por la manopla diestra de Casillas, en una intervención antológica del mejor portero del mundo.
En la segunda mitad, el Real Madrid se fue decidido a por el encuentro, con Ronaldo y Di María y sobre todo, Özil, más participativos, encerrando al Lyon en su propio campo, en una gran media hora madridista que hasta el gol de Benzema, gozó de tres claras ocasiones para haber perforado las mallas de Lloris. Así, la primera gran ocasión llegó a los cinco minutos de esta segunda mitad, en un formidable “tomahaw” de Ronaldo que se estrelló en la madera francesa, un lanzamiento que enmudeció el estadio Gerland y que pudo haber adelantado a los merengues en este arranque del segundo periodo. Sin caso tiempo a dirigir, el “latigazo” de CR7, dos minutos más tarde, un córner botado por Alonso lo cabeceó en el corazón del área Sergio Ramos, estrellándose el balón en el larguero francés, en la segunda gran llegada merengue en este segundo acto, claramente dominado por el equipo español.
La tercera gran llegada del Madrid y primera gran jugada controvertida del encuentro, llegaría de nuevo de las botas de Cristiano Ronaldo, en un nuevo lanzamiento de falta que despejó por las manos Gourcuff, en un clarísimo penalti no señalado por el colegiado alemán Wolgang Stark que fue muy protestado por el propio Cristiano Ronaldo, por todos los jugadores madridistas y por el banquillo entero de los de la capital de España, que liderados por Mourinho, saltaron como un resorte, a protestar dicha acción, dibujando el propio Mou con sus manos a los colegiados del encuentro, la forma de unas gafas.
La entrada de Benzema por Adebayor revolucionaría el duelo, imprimiendo el Real Madrid un sexta velocidad al juego y en el minuto 64’, al minuto de la entrada del nueve blanco en el césped de Gerland, el propio Benzema culminaría con una soberbia acción personal, una magistral pared de Özil y Cristiano que el ex del Lyon, no desaprovechó para batir a Lloris y abrir del Olimpique (0-1).
Con el partido controlado, los dos siguientes cambios introducidos por Mou, (Marcelo por Özil y Lass por Khedira) frenaron la ofensiva blanca que perdonó a un Lyon herido, desaprovechando una ocasión de “oro” para haber resuelto el partido, la eliminatoria y haber roto definitivamente, el maleficio de Lyon, donde el Real Madrid nunca ha ganado en sus cuatro visitas al estadio de Gerland. Así, los pupilos de Puel lograron reponerse al golpe de Benzema y se volcaron sobre el marco de Iker, logrando igualar el encuentro en el minuto 83’, en una falta botada por Gourcuff que cabeceó en el segundo palo Cris, dejando la pelota franca a los pies de Gomis que fusiló a Casillas (1-1), un gol que no hacía justifica al rendimiento del Olimpique en esta segunda mitad, obteniendo demasiado premio con este empate, ya que los anfitriones sólo inquietaron el marco de Iker, en dos ocasiones en estos noventa minutos de partido.
En definitiva, un valioso resultado (1-1) que deja la eliminatoria abierta para la cita del próximo 16 de marzo en el Estadio Santiago Bernabeu, donde el “mou team” debe de certificar su pase a cuartos, un billete que dejó medio sellado ayer, con el empate a uno en tierras galas.
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