El Real Madrid ha saldado cuentas pendientes en Anoeta con su más que agónico triunfo de anoche por (1-2), con un afortunado tanto con la espalda de Pepe tras un "tomahawk" de Cristiano.
La victoria de ayer, nos lleva a realizar dos lecturas, la positiva, el triunfo madridista que deja a los de "Mou" líderes provisionales del campeonato y de paso, salda viejas deudas en San Sebastián, un campo donde los madridistas sufrieron históricamente, al igual que en el resto de estadios del norte de España (Bilbao, Santander, Pamplona y La Coruña). Poco a poco, esa asignatura pendiente, el Madrid la va aprobando enterrando viejos fantasmas del pasado.
Por otro lado, la lectura negativa nos llevaría a analizar las entrañas de un equipo que genera demasiadas ocasiones pero que sigue mostrándose excesivamente, "fallón", de cara al marco rival, con un Cristiano obsesionado con el gol que apenas combina con Higuaín, dos futbolistas diferentes pero condenados a entenderse. Sin duda, un pequeño problema que de momento, no ha sido relevante pero que ayer ante el Real, tuvo su primer brote peligroso, cuando los de Anoeta con (1-2) en el marcador, buscaron la igualada y encerraron al Madrid en su propio campo los últimos veinte minutos, algo que no gusta a la afición merengue.
En el primer tiempo, los del paseo de la castellana salieron enchufadísimos gozando de tres claras oportunidades que nos recordaron al partido de champions ante el Ajax. La primera de ellas, en un remate desde la frontal de Xabi Alonso que rozó el poste izquierdo de Bravo, un primer aviso del donostiarra que en el día de ayer, volvía a su casa en un partido muy especial, para el mediocampista del Real Madrid y la selección española.
La segunda ocasión, la tuvo Di María, el mejor de su equipo en el día de ayer, que tras sortear a dos rivales desde el costado derecho, enganchó un "cañonazo" que repelió Bravo, en su primera gran parada de la noche.
La tercera y última ocasión de los blancos en este arreón inicial, la tuvo Ronaldo, en otra acción personal del luso que su disparo nuevamente, se marchó desviado. Sin duda, tres ocasiones que despertaron a la Real que preparó un partido muy diferente al esperado por Mourinho, con un equipo que presionó en el mediocampo la salida de balón de Xabi Alonso y Khedira que esta vez, no conectaron con Özil, el auténtico referente de este equipo, el jugador que marca el ritmo del partido, el arquitecto de la obra merengue que en Anoeta no apareció como si lo hizo, en sus dos últimos encuentros en el Bernabeu ante Osasuna y Ajax.
A todo ello, se añade la pesadilla que vivieron Sergio Ramos y Marcelo en sus respectivos laterales diestro y zurdo con Griezmann y Xavi Prieto, dos puñales por las bandas que aportan la rapidez necesaria al juego de los guipuzcoanos y que sobre todo, Griezmann, resquebrajaron la banda derecha de los madridistas, en un mal partido de Ramos que sufrió demasiado con una de las "nuevas perlas" de la Real.
En la reanudación, Di María logró abrir la lata, en una rosquita con la derecha que se coló en las mallas de Bravo (0-1), un gol que ponía la guinda al gran partido realizado por el extremo argentino que logra su primer tanto en partido oficial con la elástica blanca, en lo que está siendo un gran arranque de temporada del veintidós blanco.
Con el (0-1), el Madrid sufrió el asedio del cuadro vasco que buscó igualar el resultado y que tuvo en Tamudo, un antiguo héroe madridista, a su gran referente. La primera gran ocasión de ex españolista llegó de un gran servicio de Xavi Prieto que el "killer" donostiarra desperdició en un mal remate con la pierna izquierda. Sin duda, una ocasión de oro para haber igualado el encuentro y que quizás, le costó digerir a Tamudo, héroe del Bernabeu por sus gestas al Barcelona, que pudo sentirse extraño al enfrentarse a Casillas.
En el minuto 61', Tamudo no perdonaría en sus segunda ocasión, demostrando que el "olfato goleador" que lleva dentro. Una gran asistencia de la gran "perla" de este equipo, Zurutuza, la convirtió Tamudo en el (1-1), un gol que devolvía la igualada y viejos fantasmas a los de concha espina.
El Madrid buscó el tanto de la victoria, con Ronaldo buscando además, su gloria personal, algo que empieza a incomodar a sus compañeros sobre todo, Higuaín, desesperado con el siete madridista y su terrible afán de protagonismo. Sin embargo, una falta botada por el mismo ("tomahawk), tocó accidentalmente, en la espalda de Pepe, despistando a Bravo y colándose en la portería rival (1-2), un gol salvador del central blanco que pone a su equipo líder provisional del campeonato a la espera del "partidazo" de esta noche, Atlético de Madrid-Barcelona, donde los de Guardiola visitan un campo maldito con un Atleti que vive su mejor momento de los últimos dieciséis años, líder con seis puntos de seis posibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario