ESPAÑA, MEDALLA DEL BRONCE EN EL MUNDIAL DE BALONMANO MASCULINO SUECIA 2011

sábado, 10 de septiembre de 2011

FINAL NADAL-DJOKOVIC, LA VENGANZA DE WIMBLEDON CON NUEVA YORK DE TESTIGO



El campeón está donde debía: defendiendo título, 2.000 puntos y abriendo la puerta de una revancha que rumia todo este año. Rafa Nadal, que ganó a Andy Murray en cuatro sets (6-4, 6-2, 3-6 y 6-2, en 3h:24), se encontrará mañana (22:00 horas, Digital+) al hombre que él fue el año pasado. El que todo lo ganaba. Se encontrará a Novak Djokovic quien, con gritos de gorila y puños golpeando su pecho, pudo soltar toda la tensión que supuso levantar dos sets y dos bolas de partido a Roger Federer. Nole ha derrotado al ahora número dos en cinco fi nales este año. Y duele.

Nadal, que llevaba en sus piernas dos horas y 26 minutos menos que el escocés, montó una red de bolas a media pista entrelazadas con profundos tiros y derechazos de lado a lado. Una maraña en la que la defensa de Murray, gran restador, se diluyó en los dos primeros sets. El número cuatro le buscó el revés, pero sólo encontró un muro mientras rezongaba contra el mundo. En el tercero, Rafa acusó cierto cansancio y perdió su primer set. Pero cerró el partido con 23 errores no forzados por 55 de Murray.

Nadal no perdonó. Porque en el salvaje Nueva York, el perdón está prohibido. Federer llevaba dos sets de ventaja sobre Djokovic. Y dejó que le igualara. Y sirvió dos bolas de partido para ganar con 5-4 en el quinto y las desperdició, como le ocurrió el año pasado: resto ganador suicida de derecha del número uno y bola a la cinta del suizo, que entregó el juego con una doble falta. El serbio olió la sangre, atisbó su tercera final en Flushing Meadows, y se lanzó directo a ella. Al fi nal, 6-7 (7), 4-6, 6-3, 6-2 y 7-5 en tres horas y 51 minutos.

Djokovic sólo había perdido, en pista, una vez este año (en Cincinnati se retiró). Contabilizaba 62 victorias y el único que había logrado cercenar su dominio había sido Federer en Roland Garros, que con 31 años va a cerrar el curso sin ganar un Grand Slam por primera vez desde 2002: "Sólo puedo culparme yo".

El expreso de Basilea sacó su revés a una mano como un látigo en los dos primeros sets, pero necesitó de cinco bolas para adjudicarse la primera manga. Firmes, no se habían concedido ni una bola de rotura. El segundo voló para el suizo. Pero entonces se le apareció el fantasma de Tsonga, que le remontó un 2-0 en Wimbledon. Y afl ojó mientras Nole crecía. Golpes en el pecho y baile en la pista. Djokovic en estado puro. Como Nadal, orgullo de campeón.

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