La selección española acabó con la imbatibilidad de Francia y se clasificó como primera de grupo en un partido bajo en calorías, en el que los galos reservaron a sus dos estrellas, el base Tony Parker (Spurs) y el pívot Joakim Noah (Bulls), que no jugaron ni un segundo, facilitando así el triunfo del equipo español, que no se desperezó hasta la segunda parte.
Navarro mantuvo el tipo en la primera mitad y Rudy se redimió de un torneo irregular cogiendo el testigo en la segunda, para liderar un parcial de 4-27 (42-66 min 29) que sentenció el partido y el liderato de España. La ÑBA se enfrentará el miércoles en cuartos de final al ganador del Eslovenia-Finlandia que se juega el lunes y elude, de paso, a Rusia en una hipotética semifinal.
El partido empezó al son que marcó un Navarro echufadísimo, que anotó ocho puntos en apenas tres minutos (5-10). Batum no le olía, pero un minuto después La 'Bomba' cometía su tercera falta, se iba al banquillo, y comenzaban los problemas de los españoles para ver aro.
Batum mantenía a los galos (12-13, min 6), mientras ni Pau ni Marc, algo empanados, eran capaces de sacar ventaja de la presunta superioridad sobre sus pares, los 'pequeños' Diaw (2,03) y Traoré (2,05). Marc asomó un poco la cabeza, pero fue Seraphin, el pívot de 2,05 de los Wizards, quien tiró la casa por la ventana con 10 puntos seguidos que pusieron a Francia por delante al final del primer cuarto (22-21).
Por momentos, parecía que ninguno de los dos equipos quisiese ganar. Francia era más descarada, reservando a sus dos estrellas de la NBA. España, presuntamente, quería ganar, pero su indolencia defensiva parecía decir otra cosa. En una partida de mus, se podría decir que los de Scariolo iban con cartas, pero jugaban al tran-tran, al paso.
Navarro mantuvo el tipo en la primera mitad y Rudy se redimió de un torneo irregular cogiendo el testigo en la segunda, para liderar un parcial de 4-27 (42-66 min 29) que sentenció el partido y el liderato de España. La ÑBA se enfrentará el miércoles en cuartos de final al ganador del Eslovenia-Finlandia que se juega el lunes y elude, de paso, a Rusia en una hipotética semifinal.
El partido empezó al son que marcó un Navarro echufadísimo, que anotó ocho puntos en apenas tres minutos (5-10). Batum no le olía, pero un minuto después La 'Bomba' cometía su tercera falta, se iba al banquillo, y comenzaban los problemas de los españoles para ver aro.
Batum mantenía a los galos (12-13, min 6), mientras ni Pau ni Marc, algo empanados, eran capaces de sacar ventaja de la presunta superioridad sobre sus pares, los 'pequeños' Diaw (2,03) y Traoré (2,05). Marc asomó un poco la cabeza, pero fue Seraphin, el pívot de 2,05 de los Wizards, quien tiró la casa por la ventana con 10 puntos seguidos que pusieron a Francia por delante al final del primer cuarto (22-21).
Por momentos, parecía que ninguno de los dos equipos quisiese ganar. Francia era más descarada, reservando a sus dos estrellas de la NBA. España, presuntamente, quería ganar, pero su indolencia defensiva parecía decir otra cosa. En una partida de mus, se podría decir que los de Scariolo iban con cartas, pero jugaban al tran-tran, al paso.
Sólo Navarro, con una nueva irrupción, envidaba a sus pares y echaba órdagos desde el triple (4/4) para mantener a España (32-34 min 17). Luego, cometió su tercera falta y se fue al banco. Scariolo puso juntos a Calderón y Sada, sin que el decorado cambiase en exceso. Francia, sin chicha ni 'limoná', sobrevivía de las incursiones por la zona de Seraphin, que se reencarnó en Moses Malone y, con 14 puntos, le hizo un buen traje a Marc en la primera parte (38-39).
En el descanso, Scariolo debió leerles la cartilla a los suyos o quizá aireó un bote de amoniaco por el vestuario para espabilarlos. Sea lo que fuere, surtió efecto inmediato, porque el equipo pareció otro en la reanudación. Multiplicó su intensidad defensiva, algo relativamente sencillo, en ataque circuló el balón más y mejor y se desmelenó definitivamente.
Pau abrió la lata con siete puntos, pero fue Rudy, que extrañamente aún no había encontrado la brújula ofensiva en el campeonato, quien la reventó con 13 puntos de todos los colores, reencontrándose al fin con el triple (3/3), que se le había negado hasta ese momento en el torneo (4/18). En un visto y no visto, la defensa de España acogotó a Francia y su ataque terminó de triturarlo, con un sonrojante parcial de 4-27 que finiquitó el partido (42-66, min 29).
La segunda unidad española, con Reyes, Llull, Ibaka, Sada a la cabeza, tuvo minutos para rodarse antes de los cuartos, y hasta Claver, casi inédito en los últimos partidos, apareció en las postrimerías del encuentro e incluso anotó dos triples para establecer la máxima ventaja de su equipo (61-94, min 39). Mientras, los titularísimos ya hacía tiempo que descansaban en el banco, guardando fuerzas para el decisivo choque de cuartos del miércoles.
En el descanso, Scariolo debió leerles la cartilla a los suyos o quizá aireó un bote de amoniaco por el vestuario para espabilarlos. Sea lo que fuere, surtió efecto inmediato, porque el equipo pareció otro en la reanudación. Multiplicó su intensidad defensiva, algo relativamente sencillo, en ataque circuló el balón más y mejor y se desmelenó definitivamente.
Pau abrió la lata con siete puntos, pero fue Rudy, que extrañamente aún no había encontrado la brújula ofensiva en el campeonato, quien la reventó con 13 puntos de todos los colores, reencontrándose al fin con el triple (3/3), que se le había negado hasta ese momento en el torneo (4/18). En un visto y no visto, la defensa de España acogotó a Francia y su ataque terminó de triturarlo, con un sonrojante parcial de 4-27 que finiquitó el partido (42-66, min 29).
La segunda unidad española, con Reyes, Llull, Ibaka, Sada a la cabeza, tuvo minutos para rodarse antes de los cuartos, y hasta Claver, casi inédito en los últimos partidos, apareció en las postrimerías del encuentro e incluso anotó dos triples para establecer la máxima ventaja de su equipo (61-94, min 39). Mientras, los titularísimos ya hacía tiempo que descansaban en el banco, guardando fuerzas para el decisivo choque de cuartos del miércoles.
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